Iniciar sesión
Carta editorial

Seguro, seguro, solo la muerte

Hablando de mortandad, varias de las empresas de servicios turísticos que operan en el Puerto de Acapulco pronto pasarán a engrosar la lista de organizaciones que dejarán de serlo. Y no por malos manejos administrativos, ni como consecuencia de la pandemia, sino por la falta de seguridad, estado de derecho y aplicación de la ley.

Mientras inversionistas, empresarios y hombres de negocios buscaban cerrar mayores ventas para sus respectivas marcas y organizaciones durante el pasado Tianguis Turístico México 2022, celebrado en el Puerto de Acapulco, manifestantes cerraban tramos de la carretera federal México-Acapulco.

Hace mucho que los bloqueos de la Autopista del Sol, la vía terrestre más importante para arribar al puerto, dejaron de ser noticia. Lo novedoso es que, de unas fechas para acá, estas “buenas personas” se han dado a la tarea de cerrar cualquier vía, incluso dentro del propio destino.

Sin movilidad, es ciento por ciento seguro que muchos asistentes al Tianguis Turístico no llegaron a sus citas ni cenas planeadas, e incluso ni si quiera llegaron con ánimos para disfrutar de un muy merecido descanso de fin de semana. A cambio, estuvimos (me incluyo, porque yo también estuve parada ahí ) varias horas sobre la carretera, bajo los rayos del sol, con una temperatura que en algunos tramos superaba los 30 grados centígrados.

Primero en Chilpancingo y después a la altura de la caseta La Venta, a unos cuantos kilómetros de Acapulco, los manifestantes hicieron de las suyas. Centenas de viajeros sufrieron de ambos colapsos. Para quienes salimos de la Ciudad de México, el trayecto duró ocho horas.

Más allá de la nobleza y la justicia de las causas de cada manifestación, el cumplimiento de la ley y el respeto hacia quienes circulan deben prevalecer, como lo señala la libertad de tránsito. A mí, desplazarme un kilómetro en automóvil para pasar la caseta me llevó una hora con 20 minutos; y eso porque la Guardia Nacional intervino. No más de 35 personas generaron un inmenso caos. ¡Misión cumplida para ellas!

¿Y los derechos de los demás? ¿Y la autoridad? El daño que causan unos cuantos a una, de por sí, ya golpeada economía es terrible. Desde hace varios años, Acapulco vive únicamente del turismo nacional.

Manifestaciones recurrentes y otros aspectos negativos –de los cuales hablaremos en nuestra siguiente el edición, cuando tratemos la industria del turismo– terminarán con quienes gozan de uno de los destinos más bellos del mundo. Y después, ¿qué? Esta historia continuará en la publicación de julio.

 

Mientras tanto, una de las que sin duda será de tu interés en esta edición es la historia que se refiere a la industria aseguradora. ¡Vaya que esta actividad resulta relevante tanto para el país como para cada uno de nosotros! La prueba más reciente la vivieron cientos de miles afectados por COVID.

Los seguros que hoy se ofrecen en el mercado permiten, tanto a personas físicas como morales, estar tranquilos, en comparación con aquellos que no tienen un seguro. ¿La falta de previsión es una cuestión cultural o de falta de recursos?

Ulises Navarro Director Editorial
Ver carta

Compartir