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Opinión

A mitad del sexenio más violento, sin rumbo en la estrategia

Por: Alejandro Desfassiaux Swipe

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A casi tres años de que inició la actual administración, y a pesar de que el Gobierno Federal informó recientemente que ocho de los 11 delitos de mayor impacto a nivel nacional no están aumentando, la falta de una estrategia integral de seguridad ha dejado como resultado 96,546 homicidios, según fuentes oficiales, que posicionan este sexenio como el más violento en la historia reciente del país; sin embargo, aún se podría implementar un plan efectivo para revertir esta situación.

Durante su Tercer Informe, el Gobierno Federal dio a conocer que solo se han incrementado los delitos de feminicidio, extorsión y robo a transporte público, mientras que el homicidio doloso había disminuido 0.5%. No obstante, por administración, este trienio ha sido el más violento con 91 mil 92 personas ejecutadas entre diciembre de 2018 y junio de 2021 (incluyendo homicidio doloso y feminicidio), es decir, 65% más casos que en el primer trienio de Enrique Peña Nieto (diciembre 2012 – junio 2015), cuando hubo 55,103 víctimas y 180% más casos que en el primer trienio de Felipe Calderón (diciembre 2006- junio 2009), cuando hubo 32,587 víctimas, de acuerdo con datos del INEGI y el SESNSP.

Este trienio ha sido el más violento con 91,092 personas ejecutadas entre diciembre de 2018 y junio de 2021 (incluyendo homicidio doloso y feminicidio), es decir, 65% más casos que en el primer trienio de Peña Nieto (diciembre 2012 – junio 2015).

Adicionalmente, considerando los 2,381 homicidios dolosos reportados en julio de este año por el SESNSP y los 3,073 suscitados entre el 1 de agosto y el 8 de septiembre, según la SSPC, la SEDENA, la Secretaría de Marina (SEMAR) y la Fiscalía General de la República, en lo que va de este sexenio se contabilizan 96,546 víctimas de ejecuciones.

| Los altos costos

Los índices delincuenciales actuales reflejan claramente los altos costos de haber suprimido la Policía Federal y la Gendarmería sin una estrategia para retener a mandos estratégicos, ni aprovechar el conocimiento y la experiencia adquirida, ya ni hablemos de la infraestructura establecida. Sin duda, fue un retroceso con estos cuerpos de seguridad pública que desaparecieron de un plumazo.

No podemos abstraernos de la realidad. Se perdió la oportunidad de actuar en la primera mitad de este sexenio, pero justamente por el notorio incremento en los homicidios dolosos y otros delitos de alto impacto que siguen sin control, es que se deben agrupar y articular todas las piezas sueltas en el plan de seguridad que se está intentando implementar. 

Los índices delincuenciales actuales reflejan claramente los altos costos de haber suprimido la Policía Federal y la Gendarmería sin una estrategia para retener a mandos estratégicos.

México no está en condiciones de seguir esperando resultados en materia de seguridad pública, por lo que es urgente impulsar una estrategia de largo plazo que permita institucionalizar la Guardia Nacional y depurar las policías estatales y municipales, que actualmente son ineficientes y no están capacitadas para establecer protocolos de ningún tipo para disminuir la inseguridad.

| Coordinación, la clave

Otra de las piezas que hay que articular en una estrategia rectora es la intención del  combate a la violencia en los 50 municipios más violentos del país, pues si el Gobierno Federal quiere tomar el control y devolverles la tranquilidad a los mexicanos, debe trabajar en una verdadera coordinación de los tres órdenes de gobierno, impulsar el desarrollo económico en todo el territorio nacional, y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) debe desarticular las finanzas de las células criminales, ya que mientras todo esto no se integre en una estrategia holística, los índices delictivos seguirán al alza.

Otra de las piezas que hay que articular en una estrategia rectora es la intención del  combate a la violencia en los 50 municipios más violentos del país.

El problema es que el Gobierno Federal está impulsando acciones aisladas e independientes que no necesariamente serán eficientes ni darán los resultados esperados, si no se conectan bajo una estrategia general en términos de seguridad pública.

La inacción contra los grupos criminales, derivada de una ideología utópica de abrazos y no balazos, esboza una segunda mitad de sexenio desafiante para disminuir la violencia y la inseguridad en el país; de continuar esta tendencia, tendremos el cierre del sexenio más violento en los últimos 40 años. Sin embargo, aún es posible revertir la situación, si se conjunta la voluntad política con la disponibilidad de escuchar las sugerencias de los expertos en la materia. AN

Alejandro Desfassiaux es presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.

@grupoMSI

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