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Reportaje

AIFA: una incógnita de más de 74,000 mdp

El recién inaugurado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles alza el vuelo con tres grandes retos en el corto plazo: concluir las obras de conectividad para disminuir los tiempos de traslado al complejo aeroportuario; convencer y atraer al mayor número de pasajeros, negocios y aerolíneas posible; y transportar 5 millones de pasajeros en 2023. Si se logra, no solo será un proyecto financieramente viable, sino que estaría en camino de lograr su objetivo principal: terminar con la saturación del AICM. Y más vale que funcione, porque no hay Plan B y su fracaso significaría un costo altísimo para el país.

Por: Sergio Castañeda Swipe

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| Construido en tan solo 886 días

El pasado 21 de marzo fue inaugurado el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, ubicado en Zumpango, Estado de México, y que es una de las tres obras faraónicas del presidente Andrés Manuel López, junto con la refinería de Dos Bocas, en Tabasco; y el Tren Maya.

Este complejo aeroportuario, que se presume de austero, moderno y funcional, y que vino a sustituir al multimillonario y polémico proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), impulsado por la administración del ex presidente Enrique Peña Nieto, que ya tenía un avance del 30% y que fue cancelado por López Obrador tras una consulta nacional organizada por él mismo y en la que el 69.9% votó por la construcción de un aeropuerto en la base militar de Santa Lucía, tiene tres grandes retos en el corto plazo: concluir las obras de conectividad para disminuir los tiempos de traslado al complejo aeroportuario a más tardar en 2023; convencer y atraer al mayor número de pasajeros, negocios y aerolíneas posible; y transportar 5 millones de pasajeros en 2023.

“El programa maestro de desarrollo contempla que en 2022 estemos llegando a 2.4 millones de pasajeros y en 2023 a 5 millones. Esto, obviamente, a través de un trabajo de convencimiento y de ofrecer mejores condiciones que en otros aeropuertos para que [las aerolíneas] se vengan para acá”, explicó Isidoro Pastor Román, director general del aeropuerto Felipe Ángeles, durante la conferencia de prensa previa a la inauguración de dicho complejo aeroportuario.

Pero no solo será a través de un trabajo de convencimiento y de ofrecer mejores condiciones como se pretende atraer a más aerolíneas y pasajeros. El directivo dejó en claro que quienes deseen tener más horarios de despegue y aterrizaje o nuevas rutas tendrán como únicas opciones venir aquí o ir a Toluca. ¿Qué significa esto? Cerrar la llave del AICM.

Hasta el cierre de esta edición, tres aerolíneas nacionales tenían operaciones en el nuevo complejo aeroportuario: Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus, las cuales ofrecen una oferta limitada de vuelos a destinos locales, todos ellos de bajo costo. También se realizan algunos vuelos privados, de carga y se ofrece un servicio de taxis aéreos. A nivel internacional, la única aerolínea con operaciones en el Felipe Ángeles es la estatal venezolana Conviasa. Sin embargo, Pastor Román adelantó que los vuelos internacionales de pasajeros a Estados Unidos iniciarán en el segundo semestre del año y que están en negociaciones con varias aerolíneas, entre ellas Delta y Copal Airlines.

Si la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), institución que se encargará de administrar, operar y explotar hasta 2072, tiene éxito, no solo será un proyecto financieramente viable (el gobierno federal inyectará recursos para mantener a flote la operación en 2022 y el próximo año), sino que estaría en camino de lograr su objetivo principal, terminar con la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), al transportar 20 millones de pasajeros en una primera fase, 40 millones en una segunda fase y para el 2052 se estima preste servicios a un promedio de 90 millones de pasajeros, una cifra que deja entrever que el aeropuerto Felipe Ángeles relevaría al AICM como el principal complejo aeroportuario de la capital del país.

De acuerdo con estudios realizados por el gobierno federal, la capacidad máxima del AICM es de 45 millones de pasajeros al año, cantidad que se superó en 2019, al sumar más de 50 millones, que provocaron la saturación del aeropuerto capitalino, aunque el año pasado se registró una caída de 28.7%, con tan solo 35.8 millones de pasajeros atendidos, debido a la pandemia del COVID-19, lo que evitó una crisis. Así que más vale que el aeropuerto Felipe Ángeles funcione, porque no hay Plan B y su fracaso significaría un costo altísimo para el país.

Sobre todo, porque el proyecto del NAICM está muerto y enterrado, y sin posibilidades de revivirlo, luego de que el presidente López Obador se asegurara de ello al declarar el Lago de Texcoco como Área Natural Protegida con el carácter de Área de Protección de Recursos Naturales, tan solo un día después de la inauguración del Aeropuerto Felipe Ángeles. Actualmente, se construye el Parque Ecológico Lago de Texcoco.


| Vuelta a la página

Nicolás Rosales, presidente de la Comisión de Movilidad de Coparmex Ciudad de México, reconoce que el AICM opera ya a su máxima capacidad y era necesario ocupar una nueva terminal aérea, pero existen muchas dudas, mucho escepticismo, respecto de que el Aeropuerto Felipe Ángeles fuera la mejor opción, sobre todo a largo plazo. “Eso lo sabremos pronto. En dos o tres años veremos si su ubicación, accesibilidad y funcionalidad fue suficiente para atraer a los usuarios de este medio de transporte y las aerolíneas, y terminar con la saturación del AICM”.

Y es que, dice el directivo en entrevista con Alto Nivel, hay que recordar que el proyecto del aeropuerto de Texcoco se había planteado como un aeropuerto de primer mundo, como un hub eficiente con traslados rápidos de salidas y llegadas. “Al cancelar este proyecto, se afectó el futuro o la clasificación de México en materia aeronáutica. Además, se duda de que puedan operar de manera simultánea el AIFA y el AICM”.

De acuerdo con el Programa Estratégico/Institucional del NAICM, el aeropuerto de Texcoco habría comenzado operaciones con una capacidad instalada máxima de aproximadamente 68 millones de pasajeros. Su diseño permitía ampliaciones conforme al crecimiento económico del país, atendiendo la demanda de pasajeros y mercancías, lo cual daría cabida al tráfico aéreo proyectado para los próximos 50 años.

En su máximo desarrollo, el NAICM tendría capacidad para atender 125 millones de pasajeros anuales. Esto, gracias a los dos edificios terminales y dos satélites con 190 posiciones fijas y 85 remotas con los que contaría, así como a las seis pistas de operación triple simultánea, las cuales permitirían que más de un millón de aviones cada año despegaran y aterrizaran en él.

Para Julio Zugasti González, asociado senior del despacho internacional Hogan Lovells, es tiempo de dejar a un lado el tema del aeropuerto de Texcoco. “Sin duda, hubiera sido un gran aeropuerto, un maravilloso hub, un centro de conexión nacional e internacional, pero hoy la realidad es distinta. Necesitamos trabajar con lo que tenemos, que es un sistema aeroportuario metropolitano (AIFA, AICM y Toluca) que pretende cubrir ese lugar, pero para lograrlo hay que trabajar en el tema de la conectividad (infraestructura vial) y la confianza por parte del público usuario”.

Además, dice, el gobierno federal debe retomar los trabajos de mantenimiento de la infraestructura del AICM, sobre todo de la Terminal 1, y analizar la posibilidad de construir la Terminal 3, proyecto que quedó en el olvido; así como desarrollar un proyecto para darle viabilidad al aeropuerto de Toluca, donde solo operan dos aerolíneas: TAR y Viva Aerobus, con vuelos a cinco destinos nacionales: Monterrey, Querétaro, Puerto Vallarta, Guadalajara y Cancún, de acuerdo con información de página web.

“Todo parece indicar que este aeropuerto será relegado y utilizado solo para vuelos privados y de carga, aunque tiene un potencial interesante para ofrecer vuelos a destinos de playa, por su cercanía con la capital mexiquense y Santa Fe”, comenta Zugasti González.


| Un buen negocio

Por lo pronto, en su primer día de operaciones, el aeropuerto Felipe Ángeles tuvo 20 operaciones, con un total de 2,022 pasajeros arribando y saliendo de las instalaciones. Para el segundo semestre del año, el complejo aeroportuario tendrá 30 rutas a diferentes ciudades del país, lo que aumentará de manera importante el número de pasajeros.

En entrevista con Alto Nivel, Zugasti González cree que el AIFA puede representar un negocio bueno, importante para las aerolíneas, sobre todo para las nacionales, pues existe una gran población cercana al nuevo aeropuerto que pudiera utilizar este medio de transporte, específicamente de las zonas conurbadas de Tecamac, Zumpango, Tizayuca y Pachuca. “Estamos hablando de 6 millones de personas, por lo que es necesario que la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) y las aerolíneas trabajen de la mano para saber las necesidades de esta población y ser una opción atractiva de transporte, lo que dará confianza, a su vez, a los pasajeros del AICM para utilizar este aeropuerto”.

Sin embargo, comenta el asociado senior de Hogan Lovells, no será sino hasta 2025 o 2026, cuando el AIFA pueda ser autosuficiente, es decir, pueda cubrir sus propios gastos. “Hoy en día existen distintos subsidios y apoyos para que las aerolíneas operen en este nuevo recinto aeroportuario, así como para su mantenimiento y operación diaria”.

Si la Sedena tiene éxito, no solo será un proyecto financieramente viable, sino que estaría en camino de lograr su objetivo principal, terminar con la saturación del AICM.


| Lo mismo, pero más barato

Hasta el momento, el costo del nuevo aeropuerto, que ocupa un total de 3,800 hectáreas, con la adquisición de 1,410 hectáreas de terrenos adyacentes, es de 74,535 millones de pesos (mdp). A esto habrá que sumar lo que falta de construir del proyecto y los 113,327 mdp que costó la cancelación de la construcción del NAICM y la terminación anticipada de contratos al 31 de diciembre de 2019, de acuerdo con cálculos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), dadas a conocer por el organismo el 8 de mayo de 2021.

No obstante, resultaba mucho más costoso el proyecto de Texcoco. De acuerdo con el ex secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, este hubiera costado más de 400,000 mdp. “La estimación que ellos [el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto] tenían era de 305,000 mdp, pero faltaba por obtener financiamiento por 88,000 mdp, más de lo que costó el aeropuerto Felipe Ángeles; esto significa que no lo habríamos terminado nunca. Yo tengo una estimación de no menos de 400,000 mdp. Además, ellos planteaban para una segunda etapa otros 9,300 millones de dólares”, detalló el ex funcionario en una entrevista con Leo Zuckerman.

Cabe destacar que en su libro La cancelación. El pecado original de AMLO, el ex funcionario asegura que la cancelación del NAICM fue un acierto y un beneficio para el país.


| Los alcances

Durante la recepción e inicio de operaciones del nuevo aeropuerto, Gustavo Ricardo Vallejo Suárez, ingeniero residente general y comandante del Agrupamiento de Ingenieros “Felipe Ángeles”, destacó los alcances de la nueva instalación aeroportuaria. “Nos mantuvimos con estricto apego al presupuesto original de 74,535 mdp… Aprovechamos, en beneficio del proyecto, los materiales de Texcoco, la explotación de bancos internos y el uso eficiente de las últimas tecnologías de diseño, utilizadas en los proyectos más avanzados en cualquier parte del mundo”.

El resultado, detalló, una terminal de aviación general, una terminal de helicópteros, un centro de capacitación y exposiciones, estacionamiento, gasolineras y hasta un hotel principal, obras adicionales a los sistemas estratégicos y funcionales, como la torre de control de tráfico aéreo, el sistema de pistas, plataformas y calles de rodaje, el equipamiento y ayuda para navegación, el edificio de terminal de pasajeros, el estacionamiento y terminal intermodal de transporte terrestre, la terminal de carga internacional, la terminal de carga doméstica, las bases de manteamiento universal, entre otras muchas obras.

Este nuevo complejo aeroportuario cuenta con una capacidad instalada para mover 20 millones de pasajeros y 470,000 toneladas de carga anualmente, con 125 posiciones para aeronaves de ala fija y de ala rotativa, tres pistas de aterrizaje, las más grandes y las mejor equipadas del país.

Una torre de control de tráfico aéreo con tecnología de vanguardia en ayudas a la navegación a nivel mundial.

Una terminal de pasajeros desplantada en un sistema antisísmico que reduce hasta en un 80% las afectaciones provocadas por temblores.

Mostradores con sistemas biométricos y filtros de seguridad a base de tomógrafos computarizados y escáneres de cuerpo completo, que reducen los tiempos de documentación y embarque, mejorando la experiencia de nuestros pasajeros.

Un sistema de manejo de equipajes, el más moderno y automatizado del país, con seis tomógrafos computarizados para revisión y 8.5 kilómetros de bandas transportadoras de equipaje.

Una terminal de combustibles con 21 millones de litros que está complementada con una red de distribución de 20 kilómetros y 68 puntos de abastecimiento en plataformas directamente para las aeronaves.

Una terminal intermodal de transporte terrestre lista para recibir al Tren Suburbano en el primer semestre del 2023 y una terminal de autobuses foráneos para con 14 andenes.

Además, el AIFA es un aeropuerto verde, pues el 50% de la energía que consume es energía limpia, generada a través de una central de cogeneración a gas natural y tres campos fotovoltaicos.

“Adicionalmente a todo este esfuerzo, fue necesario reubicar la base aérea militar más grande del país, construyéndola más moderna y mejor equipada para potenciar las múltiples misiones encomendadas a la Fuerza Aérea Mexicana en beneficio de nuestros ciudadanos”, comentó Vallejo Suárez, quien destacó que la adquisición de 1,410 hectáreas de terrenos adyacentes permitirá a futuras administraciones sexenales el crecimiento de este complejo aeroportuario en un horizonte de 50 años o más.


| Certificación en duda

Otro tema importante es la verificación y certificación del nuevo aeropuerto. El ingeniero residente general y comandante del Agrupamiento de Ingenieros “Felipe Ángeles”, dijo en el evento inaugural que la infraestructura está debidamente verificada y certificada para operaciones aéreas domésticas e internacionales con base en un plan maestro elaborado por un equipo de expertos encabezados por la Sedena y autorizado por la Agencia Federal de Aviación Civil, la cual emitió el certificado que avala el cumplimiento de las normas y métodos recomendados por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) para la operación del AIFA bajo estándares de eficiencia, calidad y, sobre todo, seguridad.

Sin embargo, no hay la certeza de que el complejo aeroportuario tenga dichas certificaciones internacionales sobre su infraestructura aérea y terrestre. La primera la emite la OACI y la segunda la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), y la certificación que se presume fue emitida por la Agencia Federal de Aviación Civil.


| Los retos

Hasta aquí todo pinta bien, pero no solo se trata del AIFA, sino de un sistema aeroportuario metropolitano, conformado por el AIFA, el AICM y el aeropuerto de Toluca. Para que el llamado Sistema Aeroportuario del Valle de México funcione, indica Zugasti González, se requieren tres cosas: la confianza de los usuarios, tratar de fomentar el uso de los dos aeropuertos alternos al AICM, con una oferta viable y acorde a las necesidades de la población, sin vuelos que no tengan mucho sentido para las necesidades de los pasajeros.

Segundo, menciona, contar con una infraestructura adecuada. “Hablamos de concluir los trabajos de conexión del Tren Suburbano y del Mexibús con el aeropuerto Felipe Ángeles, y del Tren México-Toluca con el aeropuerto de Toluca; así como la adaptación del sistema carretero en el Estado de México, Ciudad de México y el Estado de Hidalgo. Todo esto, para hacer más sencillo el viaje a los usuarios”.

Y, por último, agrega, la descentralización del AICM. “Poco a poco iremos viendo que la AFAC realizará algunas acciones para tratar de ir llevando los vuelos de la Ciudad de México a los otros dos aeropuertos a través de la reducción de los slots y otros mecanismos”.

Pero para ello, subraya, será fundamental la relación, la comunicación que pueda existir entre la autoridad aeronáutica y las líneas aéreas. “No se trata de imponer, sino de identificar las áreas de oportunidad para poner en marcha todo este proyecto y generar una mayor conectividad con el resto del país y a nivel internacional. Recordemos que este tipo de sistemas tiene un propósito principal, que es el detonante económico”. AN

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