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Reportaje

Freno a la industria automotriz

La industria automotriz en México atraviesa por una de sus peores crisis en su historia. La pandemia del Covid-19 y la recesión económica global que ha provocado este coronavirus han profundizado aún más dicha crisis, pues no solo paralizó la producción en el mes de abril (podría extenderse a mayo o junio), sino también la venta de vehículos nuevos, que este año podría caer 25%, lo que costaría a los distribuidores 110,000 millones de pesos.

Por: Sergio Castañeda Swipe

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| Panorama sombrío

En los últimos 30 años, la venta de vehículos nuevos en nuestro país nunca había acumulado 34 meses consecutivos a la baja (hasta el mes de marzo) después de haber alcanzado su máximo histórico en 2016 (1.6 millones de unidades). Y el panorama para lo que resta del año es totalmente sombrío. El motivo: la pandemia del COVID-19, que ha llevado al mundo a una recesión igual o peor que la gran crisis financiera mundial de 1929 que se prolongó durante la década de 1930, en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial.

Todavía en octubre del año pasado, la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) estimaba que la comercialización de automotores en 2020 rondaría 1’250,000 unidades, es decir, 50,000 menos de las que se vendieron el año pasado (1.3 millones). Pero cinco meses después, el COVID-19 ha tirado por la borda dicho pronóstico. El lunes 6 de abril, Guillermo Rosales Zárate, director general adjunto de la AMDA, y Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en una videoconferencia dieron a conocer los resultados de ventas, producción y exportación de vehículos en el mes de marzo.

Los números presagiaban lo que sería una tormenta de enormes proporciones para la industria automotriz y la economía del país. Las ventas en dicho mes retrocedieron 25.5%, con un total de 87,517 unidades, 29,996 menos que en marzo de 2019 (117,513 autos); la producción se contrajo 24.6%, con 261,805 unidades, 85,586 menos que en el mismo periodo del año pasado (347,391 autos); y la exportación cayó 11.9%, con un total de 285,075 unidades, 38,556 menos que en marzo de 2019 (323,631 automotores).


| En el ojo del huracán

Y esto apenas es el principio, pues ahora la AMDA prevé que las ventas se contraigan 92% en el mes de abril, con tan solo 7,832 automóviles vendidos, es decir, 90,514 unidades menos que en el mismo mes de un año antes, cuando se comercializaron 98,346 unidades.

Para mayo, el impacto será aún mayor. La Asociación estima una caída de 93.2%, con 6,964 vehículos comercializados, esto es, 95,438 unidades menos que en el mismo mes de 2019 (102,402 autos), algo nunca antes visto en el sector.

“No recuerdo un mes, a reserva de revisar las cifras de 2005, con ese comportamiento tan dramático en la disminución de ventas de vehículos nuevos en el país (caídas de 92 y 93% en abril y mayo)”, subrayó el director general adjunto de la AMDA, durante la videoconferencia.

Para el resto del año, la Asociación estima caídas de 48.7% en junio, 26.3% en julio, 20.6% en agosto, 18.1% en septiembre y 1.4% en octubre. Para noviembre y diciembre la tormenta habría terminado, pues espera una ligera recuperación, con crecimientos de 2.8 y 3.5%, respectivamente.

Con ello, la comercialización de automóviles nuevos cerraría el año con un retroceso de 25.5%, con un total de 981,633 unidades comercializadas, esto es, 336,099 autos menos en comparación con 2019 (1.3 millones).

“Haciendo una cuenta muy rápida, estas 336,099 unidades menos respecto de 2019 y en consideración al valor promedio de venta en México de 330,000 pesos por unidad, nos estaría llevando a una disminución en pesos de 110,000 milones de pesos menos en 2020 en comparación con el 2019”, estimó Rosales.

La venta de vehículos nuevos en México caería 25% este año, lo que costaría a los distribuidores de automotores 110,000 millones de pesos.


| Pronóstico fatalista

Pero la estimación de la AMDA es muy conservadora, de acuerdo con la doctora Laura Iturbide, directora del Instituto de Desarrollo Empresarial de la Universidad Anáhuac, quien prevé que la caída de las ventas de vehículos nuevos podría ser aún más profunda.

“La caída en ventas del 25% que prevé la AMDA es con base en una contracción del PIB nacional del 4%, y francamente no vemos que esa vaya a ser la caída, pues consideramos que una caída del 4% es conservadora. El pronóstico más fatalista para la economía mexicana hoy es de Bank of America, que está estimando una contracción del 8%. Además, México estaría entrando en las próximas dos semanas (del 13 al 27 de abril) en la etapa más dura del COVID-19, por lo que no sabemos la dimensión que esto va a tomar en cuanto al número de infectados y decesos. Por otro lado, Boston Consulting Group (BCG), en un proyecto de pronóstico de retorno a actividades en las plantas de producción (cerradas hasta el 30 de abril), estima que estaremos en la parte baja de la pandemia hacia la segunda semana de julio, por lo que la estimación de la AMDA se queda corta; nosotros pensamos que la caída de las ventas de automóviles en México podría ser mayor, entre 28 y 30%”, subraya.

Tan solo en abril y mayo, destaca Iturbide, se estiman caídas de más del 90%. “Entonces imaginen si esto se nos extiende a junio o julio. Hasta marzo de este año, la exportación era la que mantenía a flote al sector, porque el mercado interno viene contrayéndose desde hace casi tres años y con la pandemia se ha desplomado”.


| Freno a la exportación

Al igual que las ventas, la producción y la exportación de vehículos resintió los efectos causados por la pandemia del COVID-19 a la economía global, principalmente la de Estados Unidos, nuestro principal mercado exportador de automotores, con cerca del 80% de las exportaciones totales de autos de México.

En marzo pasado, la producción de vehículos en nuestro país registró una caída del 24.6%, con un total de 261,805 unidades, 85,586 menos que el mismo periodo de un año antes (347,391 autos); mientras que la exportación presentó un retroceso de 11.9%, con 285,075 unidades, 38,556 menos que en marzo de 2019 (323,631 vehículos).

En dicho mes, los envíos de automotores a EU registraron una contracción de 13.7%, con un total de 220,002 unidades, es decir, 35,069 automóviles menos que en marzo de 2019 (255,071 vehículos). Las exportaciones a Canadá, nuestro segundo mercado con una participación de 6.2%, cayeron 20%; no obstante, las de Alemania, nuestro tercer mercado (4.9% de participación), aumentaron 35.5%.

Y para abril se espera un resultado catastrófico, nunca antes visto en la historia del sector, pues las plantas pararon su producción hasta el 30 de abril por el tema de la contingencia por el coronavirus, por lo que ambos indicadores podrían cerrar el año con números negativos, sobre todo si se extiende la cuarentena hasta mayo o julio, mes en el que se prevé estaríamos en la etapa más baja de infecciones y decesos.


En los últimos 30 años la venta de vehículos nuevos en nuestro país nunca había acumulado 34 meses consecutivos a la baja (hasta el mes de marzo).


| La moneda está en el aire

“Para el mes de abril difícilmente habrá producción alguna. La situación de contingencia se mantiene del 1 al 30 de abril, aunque desde mediados del mes de marzo iniciaron los paros técnicos en las plantas automotrices. Para el mes de mayo todavía no tenemos claro qué va a suceder, ya que la producción en México está ligada al mercado y las operaciones en EU. Entonces, si la situación empieza a cambiar en ese país y hay demanda de producto a mediados de mayo, esto significaría que habría que buscar la forma de atender esa demanda y esto pudiera implicar que algunas plantas estarían pensando en reanudar operaciones en el mes de mayo, pero hoy no tenemos certeza de nada. La situación de contigencia termina el 30 de abril o se extenderá. No tenemos todavía claro qué suceda; habrá que esperar al 20 de abril para tomar el pulso”, subrayó Fausto Cuevas, durante la videoconferencia del pasado 6 de abril.

En ese sentido, el director general de la AMIA dijo que sería importante que el gobierno federal apoyara a las empresas armadoras en el tema fiscal. “No estamos pidiendo a las autoridades que nos den recursos; simplemente, que nos permitan tener algún esquema de créditos fiscales para sortear los efectos de la suspensión de actividades. Tenemos que seguir buscando el diálogo con las autoridades para que comprendan la situación que estamos atravesando, sobre todo porque las empresas están comprometidas a salvaguardar la planta productiva, porque en cuanto se reactive la demanda, debemos estar listos para atender esa demanda”.

Por lo pronto, se estima que se dejarán de producir cerca de 300,000 vehículos en el mes de abril, que habrá que restar a finales de año.


| Estímulos fiscales, clave

Para Rosales Zárate, lo más importante en este momento es la conservación de la planta productiva y el empleo. “Lamentablemente, el reciente mensaje del presidente reafirma su convicción de no reconocer la gravedad de la crisis que enfrentamos: la peor de nuestra generación y la más profunda de los últimos 100 años. Increíble que nos quiera plantear como programa emergente la reafirmación de su propuesta de política económica sustentada en repartición de dinero público”.

Sin embargo, sostuvo, no se atienden las propuestas del sector privado para lanzar un robusto programa de estímulos fiscales y reactivación económica.

Y está en lo correcto. El presidente Andrés Manuel López Obrador fue tajante sobre rescatar o apoyar no solo a las grandes corporaciones, sino también a las medianas y pequeñas empresas: “Quieren las recetas del periodo neoliberal y esas, ya dijimos, no se van aplicar porque no resuelven el problema; al contrario, lo agravan y solo profundizan la corrupción…Están acostrumbrados a que se rescate a los de arriba, que no se les cobren impuestos, a que se aumente el precio de las gasolinas, como era antes, a que no haya aumentos en los salarios, que se despida a trabajadores, etcétera, etcétera, etcétera”-

Se estima que se dejarán de producir cerca de 300,000 vehículos en México durante el mes de abril, una cifra catastrófica, nunca antes vista en la historia del sector.


| Cómo superar la emergencia

Entre las acciones de política pública que proponen los comercializadores de automotores están:

  1. Programa emergente de créditos de liquidez para las empresas (banca de desarrollo y sistema financiero), con objeto de hacer frente a la caída en la generación de ingresos durante el tiempo que se mantenga la crisis y evitar los despidos de personal.
  2. Programa diferenciado según tamaño de empresas: subsidio parcial para micro y pequeñas empresas, etc.
  3. Acuerdo de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) para modificar temporalmente los lineamientos de calificación crediticia a efecto de no castigar créditos.
  4. Subsidios focalizados para población vulnerable.
  5. Diferimiento en el pago de obligaciones sociales a cargo de los patrones: IMSS e Infonavit.
  6. Agilizar devoluciones de impuestos a favor de los contribuyentes por parte del SAT.
  7. Agilizar pago a proveedores del Gobierno Federal y de las empresas productivas del Estado.

Y entre los estímulos que se plantean están:

  1. Exención para el pago provisional de impuestos.
  2. Exención del ISR a trabajadores hasta cuatro salarios mínimos.
  3. Esquema de diferimiento en seis parcialidades en el pago de la declaración definitiva del ISR del ejercicio fiscal 2019 a personas morales. Llevarlo a cabo sin necesidad de garantizar el interés fiscal y sin una tasa preferente de recargos, es una oportunidad en tiempos de incertidumbre.
  4. Deducción inmediata de inversiones.

| Luz al final del tunel

Pese al negro panorama, señala la directora del Instituto de Desarrollo Empresarial de la Universidad Anáhuac, Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, va a inyectar mucho dinero a la economía estadounidense; se habla de una cantidad de 2.2 billones de dólares, la ayuda económica más grande en la historia de esa nación. Lo cual tendrá un impacto positivo en la industria automotriz de EU y, por ende, de México, cuyas exportaciones de autos a ese país en el mes de marzo registraron una caída de 13.7%, y que para los meses de abril y mayo se espera que la contracción sea brutal, pues las plantas de producción en México están cerradas hasta el 30 de abril.

Ellos, dice Iturbide, a diferencia de México, sí van a tener un plan de reactivación económica, por lo que se espera que por el lado exportador México retome el crecimiento. “Sería un tanque de oxigeno puro para la industria automotriz mexicana”.

La posposición del T-MEC por parte de EU hasta finales de este año o principios de 2021, añade, también beneficiaría al sector, pues daría más tiempo a las armadoras para competir bajo las nuevas reglas de este tratado comercial, que son mucho más duras que las del TLCAN. “Es un tiempo precioso para que las armadoras capaciten a su personal y sus procesos de producción, y lleguen mejor preparados cuando entre en vigor el T-MEC. La industria automotriz es muy importante para México, ya que representa el 20% de la manufactura en el país. En febrero pasado, el 22% de los autos que se vendieron en EU fueron fabricados en México”. AN

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