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Reportaje

Empleo: ¿cómo diablos le vamos a hacer?

La pandemia de COVID-19 es el mayor reto que el mundo ha enfrentado en décadas. Luego de tratar de proteger el bienestar físico de los ciudadanos y aminorar la propagación del virus, los principales desafíos son encontrar el camino del crecimiento económico y proteger los empleos.

Por: Claudia Cerezo Swipe

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| La perdida de empleos es brutal

De enero a julio de este año se habían perdido 925,490 empleos formales registrados ante el IMSS –75% permanentes, a los que hay que sumar los empleos perdidos afiliados al ISSSTE o a otra institución, los de trabajadores independientes y los de quienes laboraban en el sector informal.

“Es una de las mayores pérdidas en la historia de México. No había habido una crisis de empleo como esta desde los años 80. Antes de la pandemia tampoco se habían creado los empleos necesarios. En los 12 meses de 2019 apenas se generaron 342,000, cuando se necesitan 1.2 millones al año. Si se hubieran creado, no estaríamos en este nivel”, señala Armando Leñero, presidente del Centro de Estudios sobre el Empleo Formal (CEEF), asociación civil que busca fomentar el trabajo formal.

| Poco apoyo gubernamental

El impacto de la COVID-19 en el mundo empresarial ha sido brutal: durante la Jornada Nacional de Sana Distancia instrumentada por el gobierno federal para contener la pandemia, 60% de las empresas registró un paro técnico, mientras que nueve de cada 10 negocios tuvieron un impacto de tipo económico.

Esta situación se agudizó por la falta de apoyos gubernamentales. De acuerdo con la Encuesta sobre el impacto económico generado por COVID-19 en las empresas, del INEGI, solo 7.8% de las unidades económicas recibió algún apoyo gubernamental, la mayoría con transferencias en efectivo a través de diversos programas. Sin embargo, el apoyo ha sido insuficiente. ¿Cuántos sueldos pudieron pagar las pequeñas empresas con los créditos de 25,000 pesos que otorgó el gobierno federal?

Estados y municipios tuvieron que usar recursos propios para atender la crisis económica, teniendo que hacer reasignaciones del gasto, ya que no han recibido recursos extraordinarios por parte del gobierno federal. También por falta de apoyos para proteger el empleo por parte de la federación, la mayoría de las administraciones estatales implementaron medidas fiscales de emergencia, como condonación del Impuesto Sobre la Nómina (ISN) y seguros de desempleo.

Coparmex: el gobierno podría adquirir deuda pública de entre 1 y 2% del PIB para incentivar el desarrollo.

| Empleos precarios

El presidente del CEEF estima que los empleos perdidos se irán recuperando poco a poco, pero ve difícil que se generen nuevos. A mediados de agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que en las dos primeras semanas de ese mes se habían recuperado 52,000 empleos, según cifras del IMSS. Sin embargo, ese número es apenas el 5% de los 925,490 empleos perdidos. El dato debe tomarse con cautela, pues hasta que se publique la información oficial se sabrá si esos empleados son permanentes o eventuales.

También hay que considerar que los sueldos, que con seguridad son menores que los ofrecidos antes de la pandemia. Leñero calcula una reducción de 20%. Esta es la tendencia y la gente aceptará esos salarios por su necesidad de conseguir empleo. No podrán exigir un mejor salario, porque habiendo tantos candidatos de entre los cuales elegir, las personas tomarán el trabajo sin chistar.

Otra tendencia pos-COVID es la contratación temporal, pues ante un posible rebrote de la enfermedad y la incertidumbre del tiempo que tardará la economía en recuperarse, las empresas no saben si podrán mantener a los empleados por mucho tiempo.

| Se necesita apoyo federal

En medio del caos laboral y la cerrazón del gobierno federal para apoyar a las grandes compañías, los empresarios agrupados en la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) propusieron el Acuerdo Nacional de Recuperación Económica para que juntos, iniciativa privada y gobierno federal reanimen la economía y protejan el empleo, con el entendido de que la Coparmex y la sociedad civil iniciarán este esfuerzo con o sin la participación del gobierno.

Y es que, como dice la agrupación de empresarios en un comunicado: la situación económica de México es muy grave. Para ponerla en perspectiva: durante el segundo trimestre del año la economía de Estados Unidos reportó una caída anual de -9.5% –la caída más fuerte desde la década de los 40–. La economía mexicana cayó casi el doble: -17.3% en comparación con el primer trimestre. Con este dato México ya acumula cinco trimestres consecutivos disminuyendo, lo que significa que lleva un año en recesión técnica.

Los empleos perdidos podrían recuperarse hasta el año 2022.

| La unión hace la fuerza…laboral

El consenso de los analistas pronostica que la economía mexicana caerá entre -10 y -11% al finalizar el año, lo que nos ubica como una de las naciones con las peores expectativas de Latinoamérica y de las economías emergentes. Organismos e instituciones financieras atribuyen esta caída a la falta de apoyos fiscales para conservar las fuentes de empleos y proteger los ingresos familiares. Según estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), al 54.9% de la población mexicana no le alcanza para acceder a la canasta básica.

Organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han señalado que para mitigar el impacto de la COVID-19 en el mercado laboral de América Latina, se deben utilizar distintos mecanismos, provistos por los gobiernos nacionales y locales. Esto incluye medidas de apoyo directo a la protección laboral (por ejemplo, subsidios al salario y reducción de jornadas laborales), diferimiento de pagos e impuestos (ingresos, IVA, contribuciones a la seguridad social), instrumentos financieros (préstamos, subvenciones y garantías), así como políticas estructurales (nuevos mercados, digitalización, teletrabajo).

| De Santa Lucía a la protección del empleo

De acuerdo con la Coparmex, el gobierno federal es la única entidad con capacidad de inyectar recursos para la recuperación económica, los cuales podrían financiarse con adquisición de deuda pública de entre 1 y 2% del PIB, una cifra sostenible debido al nivel de endeudamiento del país. México es uno de los países menos endeudados de la OCDE.

Hay opciones viables para la contratación de deuda. México cuenta con una línea de crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI) por 61,000 millones de dólares. Tres meses de aportaciones al salario solidario implicarían tan solo 20% de esta línea de crédito. Además, el gobierno contará con recursos adicionales por remanentes de las reservas internacionales que Banxico le entregará en abril del próximo año, debido a la depreciación del tipo de cambio. Esta podría ser una fuente de recursos para pagar la contratación de deuda en el corto plazo.

Otra forma de financiar los “remedios solidarios” sería la reorientación del gasto público de obras no esenciales, sin afectar el presupuesto asignado a programas sociales, a estados y municipios (gasto federalizado) y a gasto corriente, sobre todo aquel dedicado a la educación y la salud.

La Coparmex sugiere reorientar cuatro presupuestos: el del aeropuerto de Santa Lucía, el asignado a Patróleos Mexicanos (Pemex), el del Tren Maya y el de la Refinería Dos Bocas.

| Escenario desastroso

El presidente del CEEF dice que si no se contiene el debilitamiento que ha sufrido el mercado laboral, el panorama para México será desastroso, pues la pobreza y la pobreza extrema aumentarían de manera importante. De acuerdo con el Coneval, el porcentaje de pobres por ingreso podría pasar de 48.8% en 2018 a 56% este año en el mejor de los escenarios, y a 56.7% en el peor.

En cuanto a la pobreza extrema, se estima un incremento de entre 4.9 y 8.5%: entre 6.1 y 10.7 millones de personas. La población en esta condición pasaría de 16.8% en 2018 a 21.7% en 2020 en el mejor de los escenarios, y a 25.3% en el peor.

Los expertos señalan que, si bien nos va, los trabajos perdidos se recuperarán hasta el año 2022. Sin embargo, el gobierno de López Obrador se quedará muy corto en la creación de empleo. Mientras que las administraciones de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto juntas crearon 7.2 millones de trabajos, en la de AMLO habrá un déficit de empleo formal. Sin apoyos como los que propone el BID y que ya se han instrumentado en muchos países, ¿cómo diablos se van a crear los 1.2 millones de empleos anuales que necesitamos? AN

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