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Reportaje

Industria vitivinícola, su salud esta en riesgo

Si la industria vitivinícola desea regresar a crecimientos de doble dígito, debe apostarle a diferentes canales, desarrollar nuevos productos y experiencias, evolucionar y exportar, salir de su zona de confort, dejar de depender del mercado local, diversificarse y buscar otros mercados.

Por: Sergio Castañeda Swipe

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La pandemia de la COVID-19 y los estragos que esta ocasionó a la economía de nuestro país en 2020, sacudieron a la industria vitivinícola nacional, una de las más dinámicas, que en los últimos años venía creciendo a tasas de doble dígito, crecimiento que se vió frenado abruptamente, al registrar una caída en ventas del 20%, de acuerdo con el Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV). Y es que, hasta antes de la pademia, cerca del 40% de la comercialización del vino que se produce en nuestro país, se realizaba por medio de dos canales principales de distribución, la venta en la misma bodega, y el denominado canal HORECA (hoteles, restaurantes y cafés), que se vieron severamente limitados por las restricciones sanitarias y de movilidad. Otros canales como el retail (tiendas de autoservicios, departamentales y de conveniencia), también vieron limitada la venta de bebidas alcohólicas por la pandemia, dependiendo el Estado y el color del semáforno en que se encontraba este. “Por más que tratamos de trabajar otros canales que no fueron tan afectados como fue el caso de los autoservicios y las ventas digitales, el centro de consumo tiene tanto peso en las ventas, que no se pudó compensar”, subraya Hans Backhoff, presidente del CMV. Esto, destaca el directivo en entrevista con Alto Nivel, nos dejó una gran lección a los productores de vino en México: no se pueden tener todos los huevos en la misma canasta.

| ¿Cuál es el camino que debe seguir la industria?

Backhoff asegura que si se quiere regresar a crecimientos de doble dígito, dejar de ser una tendencia y consolidarse en territorio nacional y en un futuro no muy lejano en el extranjero, se debe apostar a diferentes canales, desarrollar nuevos productos y experiencias, evolucionar, entender la nueva forma en que la gente está consumiendo los vinos; y exportar más, salir de su zona de confort, dejar de depender del mercado local, diversificarse y buscar otros mercados, como Estados Unidos, el principal socio comercial de México y uno de los grandes consumidores de vino del mundo. El también director general de Monte Xanic, una de las vinícolas mexicanas con mayor reconocimiento internacional, dice que entre más se depende de los centros de consumo, más riesgo se corre como productor y, obviamente, entre más diversificados se tengan los canales de venta, se tiene una mayor oportunidad de enfrentar una crisis como la pandemia de la COVID-19. Afortundamente, destaca el directivo, esto está cambiando, pues a raíz de la crisis que se vive hubo una aceleración de ciertos canales que se sabía que venían, pero de una manera más lenta, como el comercio electrónico, las tiendas en línea. “Y una muestra de ello, son los autoservicios y clubes de precio, que ya tenían muy avanzado el tema de digital, por lo que sus ventas crecieron exponencialmente, ya que era donde el consumidor podía comprar su despensa y también sus vinos a través de sus páginas web; aprovecharon muy bien que otros canales estaban cerrados, limitados en su operación o no contaban con una tienda en línea”. Es un tema complicado, reconoce, porque hasta antes de la pandemia, los productores pequeños se enfocaban en estrategias de creación de valor y los lugares donde creas valor son los centros de consumo; quienes no estaban avanzados en el tema de las plataformas electrónicas, fueron las que sufrieron más.

Si se aspira a que nuestra participación de mercado crezca del 34% al 50%, tendríamos que plantar cerca de 19,000 hectáreas

| Salir de la zona de confort

Pese a lo complicado que fue el 2020 para la industria, los productores nacionales, el presidente del CMV estima que esté año la venta de vino mexicano podría crecer 20%, recuperándose así de la caída del año pasado; y hacia delante, el futuro se presenta muy promisorio, pues la oferta es limitada y la demanda sigue creciendo, es exponencial. Y aquí, asegura, es donde se pone interesante, pues la demanda es tanta, que, si el vino mexicano quiere absorber esa demanda, si se quiere crecer como hasta 2019, a doble dígito, y mantener al menos el 34% del volumen de ventas total de vino en México, se necesita duplicar el número de hectáreas de viñedos los próximos 10 años, es decir, sembrar 6,000 hectáreas más, para lacanzar los 12,000 que se requieren. Pero, agrega, si en algún momento aspiramos a que esa participación de mercado crezca del 34% al 50%, se tendría que aspirar a plantar cerca de 19,000 hectáreas, y se necesitarían plantar hoy. “Entonces, es como tenemos que empezar a verlo hoy, ese es el potencial que tiene el país, porque el consumidor lo está haciendo, venimos de un per cápita de hace 20 años de 180 mililitros, y hoy en día estamos en 1.2 litros, lo cual es impresionante, tenemos el consumidor y podemos aspirar hasta 3 litros, como es el caso de Brasil, que tiene una clase media similar a la de México, niveles de pobreza y riqueza similares, y una historia de vinos similar, no tenian producción nacional, no era una cultura muy conocida y hoy en día están cerca de los 3 litros de consumo per cápita”. Entonces, indica, no se está diciendo nada descabellado, si es una posibilidad aspirar a esos niveles y las apuestas que tendríamos que hacer deben hacerse ya, desde ahora, en el campo.

| México exporta solo el 5%

Hoy en día, detalla, México exporta solo el 5% de su producción, pero en un futuro no muy lejano, los próximos tres años, se podría aspirar a estar cerca del 10% y si se puede enfatizar más en una estrategia de exportación, se podría llegar al 15%. “Entonces, es un mercado creciente el del vino, sobre todo el de los vinos del nuevo mundo y estos mercados que adicionalmente a México están creciendo, son los más interesantes para nosotros”. ¿Qué otros paises tienen ese potencial para que crezcan las exportaciones de vino mexicano? El también director general de Monte Xanic dice que los más interesantes son: Estados Unidos en primer lugar, al ser el consumidor más grande del mundo y tu vecino; seguido de China, Canadá, Australia y otros países asiáticos, que empiezan a hacer sentido; pero también hay mucha posibilidad en el Viejo Mundo. “Nosotros, por ejemplo, ya estamos exportando a España, donde hay mucho consumidor frecuente que viene de Alemania, Dinamarca, Inglaterra, entonces es un nicho interesante y son mercados tan grandes que con uno que le pegues, el éxito está asegurado. No es necesaria una estrategia escopeta, donde mandas un poco aquí y otro allá, porque no hay dinero que te alcance, no puedes invertir en todos los mercados, tienen que ser más selectivo, creo que el mercado más interesante sigue siendo EU, es un monstruo, tan solo el condado de San Diego consume la misma o más cantidad de vino que todo México”, considera.

El consumo de vino en México per cápita hace 20 años era de 180 mililitros, y hoy en día estamos en 1.2 litros

| Más inversión y apoyos

Ahora bien, ¿cuánto se requiere invertir para alcanzar ese número de hectáreas que hacen falta para producir más vino en México? Backhoff dice que para las 6,000 hectáreas se requieren 150 millones de dólares (mdd) y para las 19,000 hectáreas, se necesitan 500 mdd de inversión para desarrollarlas. Y los productores cuentan con esos recursos para seguir creciendo. No, dice el presidente del CMV, pero es en lo que la industria se debe enfocar, buscar fuentes alternas de financiamiento que puedan apoyar para buscar estos crecimientos. “Hay propuestas de algunas instituciones financieras que empiezan a tomar más en cuenta los ciclos vegetativos de la vid, pero son muy nuevos y apenas se están empezando a destapar. Entonces, necesitamos un buen respaldo bancario y sobre todo con un enfoque en agricultura que nos pueda ayudar a hacer todas esas apuestas. Sí hay capital y dinero circulante, se le está apostando a tener cada vez más plantaciones y en diferentes zonas del país. Actualmente, tenemos 14 estados que producen jugo para vino y esto es el principio de algo que todavía va a seguir creciendo. En cinco años todo esto va a ser totalmente diferente”. Considera que tiene que haber más conciencia tanto de la banca empresarial como del gobierno, los créditos antes eran muy caros para el campo y no eran viables. “Si le vamos a apostar al campo, necesitamos una banca empresarial competitiva. Hay proyectos que están a punto de cerrarse bajo estos esquemas. Deben entender que son productos perenes, que los proyectos tardan cuatro años en producir la primera cosecha y que el retorno de inversión está en alrededor de 10 a 12 años”. AN

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