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Opinión

Más allá del 6J

No le pidamos a la democracia aquello que no le hemos dado…

Por: Agustín Llamas Mendoza Swipe

Continua en la historia

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Los resultados de las elecciones del 6 de junio son mixtos. Tanto PAN como PRI obtuvieron más votos en la pista legislativa que en 2018, mientras que el PRD, no. El partido en el gobierno, por lo que respecta a la elección a diputados federales, obtiene 400,000 votos más que las elecciones previas. El rol de Movimiento Ciudadano, Verde y los llamados partidos satélite del gobierno se cumple, restándole votos a la oposición y obtienen en conjunto cerca de 28 millones de votos, mientras que los opositores reunidos en VaXMx registró 19.5 millones y con ello fue suficiente para arrebatarle la mayoría calificada al partido en el gobierno y a sus aliados. La mayoría de las gubernaturas, así como las legislaturas locales también las ganan el partido en el poder y sus socios. Sin embargo, si las elecciones se consideran una evaluación del gobierno actual entonces pierde cerca de 14 millones de sufragios contra los 30 que obtuvo en 2018.

Si las elecciones se consideran una evaluación del gobierno actual entonces pierde cerca de 14 millones de sufragios contra los 30 que obtuvo en 2018.

| Crece participación

Por otro lado, la participación supera el porcentaje de las últimas cuatro elecciones intermedias; desde 1997 no se superaba el 50% de participación en una intermedia. Relativamente se reconstruyen ciertos equilibrios en el poder legislativo. Las expectativas ante tales resultados son diversas y de diferente calado para la gobernabilidad, el desarrollo y la defensa de nuestra democracia. Hoy no es el final. Hoy debe ser el comienzo de una nueva etapa para ser ciudadanos de tiempo completo y no solo ciudadanos electoreros. El nivel de abstencionismo sigue siendo preocupante. En entidades como Sonora, Chihuahua y San Luis Potosí no se llegó al 49% de participación.

La participación supera el porcentaje de las últimas cuatro elecciones intermedias; desde 1997 no se superaba el 50% de participación en una intermedia.

El individuo gobernante seguirá victimizándose y seguirá polarizando, como todas las mañanas, de cara al 2022 y “su” revocación de mandato y, por supuesto, hacia el 2024. Solo una ciudadanía participativa y socialmente responsable podrá contenerlo en sus apetitos autoritarios y reeleccionistas. Hoy debe ser un parteaguas y considerarse los ciudadanos como propietarios de la democracia, socios de un sistema de libertades y responsabilidades, de un sistema de derechos y obligaciones. El ser asociado de esa empresa llamada democracia obliga a exigir rendición de cuentas, exigir los beneficios que correspondan y la participación permanente. No se hace un país diferente con gente indiferente.

| Democracia sin demócratas

En 2018 decíamos que una democracia que no daba resultados no servía para nada.  Efectivamente, esta democracia que llevábamos construyéndola cerca de 30 años no había dado los frutos esperados. Una democracia hoy calificada como defectuosa y que prometía beneficios para todos en muchos momentos, dio decepciones, desempleo, corrupción e inseguridad. Una democracia sustentada más en la aspiración que en la realidad. Una democracia con ausencia de demócratas.

Una democracia hoy calificada como defectuosa y que prometía beneficios para todos en muchos momentos, dio decepciones, desempleo, corrupción e inseguridad.

Esa misma democracia que fue abusada, violada y secuestrada por el poder económico y la clase política, por las élites, y que dejó huérfana y a la intemperie a una sociedad que legítimamente esperaba beneficios, a cambio de su paciencia y el agravio acumulado, en 2018 encontró una vía de escape, donde se manifestó con todas sus fuerzas para cobrar todos esos rendimientos esperados y que se le escatimaron durante años. Pero no, hoy los actuales gobernantes han manipulado la democracia y después de casi tres años confirmamos que para que exista requerimos de demócratas que respeten las reglas, las instituciones y las libertades.

| Vigilantes de la democracia

Hoy se presentan grandes oportunidades para hacer ciudadanía, esa que actúa por el bien común y que, sin duda, genera valor a la democracia. Hoy, en principio, la ciudadanía ha conseguido restarle poder al grupo gobernante al impedir que mantuviera la posibilidad de seguir degradando nuestras instituciones, pero a esa misma ciudadanía la obliga, al mismo tiempo, a vigilar que esos legisladores no se vendan al mejor postor. Debe seguirlos, “adoptarlos” y vigilarlos cómo votan y con quién se alían. Más allá del 6 de junio, nos obliga la responsabilidad social de cuidar de nuestra democracia todos los días y no solo cada tres años. AN


Agustín Llamas Mendoza

Analista político y social, profesor Decano de IPADE Business School y presidente de Fundación Compromiso y Transparencia México, A.C.

@politicabierta

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