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Reportaje

Teleconsulta, ¿una realidad biodigital?

La pandemia no solo puso presión en el sector laboral, sino que reestructuró servicios básicos, como la atención médica. Tal es el caso de la telemedicina, la cual tuvo que adaptarse a una nueva era de consultas y red de servicios remotos para respetar las medidas sanitarias.

Por: Gerardo Yong Swipe

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| La medicina evoluciona

De la misma forma que la logística y la manufactura tuvieron que idear un sistema de entrega domiciliaria y regional con pocos elementos en la cadena productiva, la medicina ha buscado adecuarse a la presencia virtual para promover y ofrecer servicios de consulta médica, como observación, auscultación, diagnóstico y tratamiento de pacientes. La buena noticia es que, al igual que con el home office, con la telemedicina se redujeron gastos de transportación y movilidad, bajaron los costos en materia de análisis de resultados, se despejaron clínicas y hospitrales, y se permitió una mejor distribución consultiva de médicos.

Pero si el sector laboral es importante por la generación de los recursos necesarios para el correcto funcionamiento de la economía básica, los servicios médicos son más estratégicos por tratarse de la salud, el principal factor de preservación de la vida no solo del trabajador, sino de las empresas.

Durante la pandemia de COVID-19, la atención presencial médica requirió de insumos y materiales para exponer al personal sanitario lo menos posible al virus más letal que hemos conocido hasta el momento. Además, no cualquier persona podía ser atendida de forma directa; por el contrario, era evaluada por especialistas en turno, quienes hacían recorridos internos en los centros hospitalarios, desperdiciando un tiempo de atención valioso y exponiéndose a contagios.

Según datos de la publicación web México Social, tan solo entre el 28 de febrero y el 23 de agosto de 2020 se notificaron en México 97,632 casos confirmados de COVID en el personal de salud, así como 1,320 defunciones. Solo para comparar, el sector salud de Estados Unidos reportó 143,100 contagiados y 660 muertes en el mismo periodo.


| Crece la Inteligencia Artificial

Por otra parte, las juntas de evaluación que realizan los médicos tampoco han favorecido una atención eficaz y oportuna, así que la telemedicina tuvo que aprender de estas precariedades y crear, junto con la Inteligencia Artificial (IA), nuevos modelos de atención para abatir tiempos de consultas, elevar el número de pacientes atendidos de manera remota y permitir una mayor disponibilidad de personal médico, paramédico, enfermero y laboratorista para enfrentar un número cada vez mayor de clientes y afiliados a instituciones médicas.

Alto Nivel consultó a varios especialistas sobre la telemedicina, entre ellos a la doctora Lina Porras Santana, directora de Salud de la firma 1DOC3, considerada como la mayor compañía de salud y tecnología de América Latina. Mediante el uso de IA, esta compañía desarrolló soluciones de big data con las que activó un sistema de medicina remota más dinámica, con mayor amplitud de atención y abatiendo el factor costo-beneficio. Con este sistema ha sido capaz de brindar más de 100 millones de consultas.


| Avanzar o rezagarse

Para Porras Santana, la sobrecarga laboral del personal sanitario, especialmente al inicio de la pandemia, fue el punto de cambio, pues había una gran cantidad de casos y pocos conocimientos del virus.

“En la medida que la ciencia avanzó, se comprendió más la enfermedad, se pudo tener tratamientos con efectividad comprobada y se desarrollaron vacunas, lo que permitió aligerar esta carga. Por supuesto, la pandemia implicó no solamente la saturación del sistema de salud, sino una carga de estrés importante para la población y para los profesionales de la salud. Además, fue una oportunidad para que modalidades de atención sobre las que había reparos se empezaran a usar más, como la telemedicina. Ante la saturación del sistema y el miedo que esto ocasionó en toda la población, la telemedicina fue una oportunidad para los pacientes, pero también para los profesionales de la salud, para recibir y brindar atención”, asevera la directiva.

La pandemia hizo reaccionar a todos los sectores productivos y de servicios de manera inédita, al grado que permitió que surgieran más de 15,000 empresas en el mundo con nuevas perspectivas tecnológicas enfocadas en preservar, curar y dar seguimiento a la salud.


Con la pandemia surgieron más de 15,000 empresas en el mundo con nuevas perspectivas tecnológicas enfocadas en preservar, curar y dar seguimiento a la salud.


| Teleatención, el primer paso

Jesús Hernández, CEO & fundador de Wee Company, empresa dedicada a la implementación de modelos tecnológicos en compañías de seguros médicos, piensa que COVID aceleró de forma expresa la instrumentación de tecnologías como la teleconsulta, la receta digital, las farmacias digitales y el monitoreo virtual de pacientes, al grado de que estos nuevos modelos fueron ganando terreno al modelo tradicional de atención médica.

“La teleasistencia o teleatención es válida solo para algunos casos y para algunas especialidades. En el mundo, desde los años 90 se ha utilizado para el monitoreo y seguimiento de pacientes crónicos bien controlados, y como puerta de acceso primaria a los servicios de salud presenciales. Es el caso del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, que lleva a cabo un primer filtro para la atención no urgente de pacientes que desean acceder a los servicios presenciales de salud”, comenta Hernández.

“En el caso de México y con la sobresaturación que actualmente existe en los sistemas de salud públicos y privados, valdría mucho la pena utilizar la teleasistencia para el seguimiento de pacientes y como puerta de enlace a los servicios presenciales, considerando los exitosos resultados que se han tenido en el mundo”, indica.


| Pros y contras

Ambos directivos coinciden en que la atención presencial sigue siendo crucial al momento de atender pacientes, sobre todo de alto riesgo, porque la revisión física es importante en casos de urgencias, operaciones quirúrgicas y procedimientos como las terapias físicas, que requieren presencialidad. En atención primaria, es decir, en las consultas previas y evaluaciones clínicas menores, la consulta remota puede ser un gran auxiliar preventivo. Sin embargo, factores como la falta de equipo de cómputo y acceso a internet pueden desalentar la modalidad médica digital en los pacientes usuarios.

Entre las ventajas, los expertos estiman que el cambio iniciado en la medicina digital avanzará de manera óptima porque facilita la vida al paciente, permitiéndole acceder desde cualquier lugar, lo que favorece la atención oportuna, pues el tiempo de desplazamiento pasa a segundo plano.

“Para casos leves a moderados de COVID, la telemedicina probó ser una herramienta igualmente efectiva que la atención presencial. Los casos severos sí requerían la atención presencial por la gravedad y necesidad de intervenciones intrahospitalarias requeridas”, explica la doctora Porras Santana.

Hernández dice que telemedicina llegó para quedarse y que la pandemia permitió romper muchos mitos y paradigmas de qué tan conveniente era esta práctica.

“Actualmente, la mayor cantidad de empresas inscritas en la asociación Healthtech México se dedican a habilitar este tipo de prácticas en países como Colombia o Chile, donde se han llevado a cabo desde hace algunos años. En México es realmente reciente la adopción de las nuevas tecnologías; sin embargo, en los meses pasados se evidenciaron los beneficios de estas prácticas”.


| La relación biodigital

Pero ¿qué pasa cuando un paciente necesita una incapacidad por alguna lesión o padecimiento? ¿La evaluación a distancia cumple con los requisitos adecuados para tramitarla? Si bien la facilidad de obtener una atención virtual está a la mano, no se puede decir que la auscultación física esté presente en el proceso. En este caso, lo que prevalece es algo que los une: el interrogatorio médico.

Aunque la evaluación de una lesión debe realizarse de forma física, fotografías o radiografías pueden ayudar al médico a dictaminar la incapacidad a distancia: ambos son recursos que pueden consultarse a distancia y con veracidad.

Sin embargo, como ha sido desde la antigüedad, la confianza entre médico y paciente es lo que determina la eficiencia de la atención presencial con respecto a la remota. Una mentira del paciente virtual puede hacer que el médico equivoque su diagnóstico, pero esto es algo que ya ha pasado también en su forma presencial.

Para la doctora Porras, de 1DOC3, las primeras evaluaciones surgen del interrogatorio que se le realiza al paciente en ambos esquemas. “Eso es lo que permite conocer qué le sucede al paciente, porqué solicita el servicio, qué le duele. En ese sentido, esta situación, que puede ocurrir presencialmente, se traslada a la virtualidad. Las herramientas tecnológicas pueden facilitar la alerta de casos con altas recurrencias, tanto en lo presencial como en lo virtual”.

A dos años de cambios tecnológicos propiciados por la pandemia y debido a las medidas sanitarias para evitar contagios, las consultas médicas a distancia han sido más efectivas como monitoreo y previsión de enfermedades, pero no han podido superar la presencialidad del paciente en casos concretos. No hay que olvidar que el futuro de la telemedicina apenas se está abriendo al mundo. AN

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