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SABORES MEXICANOS PARA HACER NEGOCIO

Vicente Uribe a través de Iloveat ofrece una opción de emprendimiento con alimentos esterilizados sin conservadores y con una vida en alacena de 12 meses.

Por: Marisol García Fuentes Swipe

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¿Te imaginas tener en tu alacena desde frijoles charros, puré de papa, tinga o picadillo hasta pastor negro listo para calentar y comer? ¿Que se trate de alimentos sin conservadores y que puedas guardar hasta por un año sin necesidad de refrigeración?

Ahora es posible gracias a Iloveat, una startup mexicana que nació en noviembre pasado y que quiere revolucionar el mercado de comida empaquetada.

La iniciativa es encabezada por Vicente Uribe, un emprendedor mexicano quien perfeccionó un proceso para conservar los alimentos sin refrigeración hasta por un año y que ahora además ofrece una oportunidad para que ganes dinero comercializando sus productos.


Con la pandemia por el COVID-19 muchos negocios quebraron (1 millón según el Inegi). Sin embargo, también hubo quien en medio del caos encontró una oportunidad.

Fue el caso de Vicente Uribe, dueño de Cervecería de la Patria WTC, quien decidió crear un nuevo negocio.

El empresario tiene amplia trayectoria en el sector restaurantes. En marzo del año pasado, cuando comenzó el confinamiento, decidió cerrar el restaurante y sacar refrigeradores y alimentos de su bodega para no tener que despedir a sus colaboradores.

Pero pasó un mes y no volvían las cosas a la “normalidad”. Los insumos que tenía alcanzaban hasta para dos meses; entonces compró una máquina para empacar al alto vacío y que la gente los repartiera empaquetados.


De donación a oportunidad de negocio

“Para mi hubiera sido súper fácil despedir a todos, regresar mis cosas al restaurante para cuando se pudiera abrir y yo irme de vacaciones, pero decidí que era mejor inyectar capital para seguir”, recuerda Vicente.

Sin embargo, notó que cada vez había más personas que seguían la caravana en busca de la donación eran recurrentes. “Entonces me di cuenta de que no podía estar donando toda la vida”, reconoce.

La idea era donar 1,000 comidas a quien más lo necesitara y generar un círculo virtuoso que mantuviera los ingresos propios, de los proveedores y colaboradores. La comida se daba a consignación a quien quisiera empezar un autoempleo y comercializar los platillos entre conocidos. De esta manera Vicente pensaba continuar con las donaciones y a la vez generar un ingreso para quien hubiera perdido su empleo.


Todo parecía marchar bien, pero a falta de una buena estrategia de comunicación le comenzaron a regresar los platillos, que se echaban a perder.

“Las personas no sabían cómo tratar el alto vacío ni que requería refrigeración o congelación para la buena conservación de los alimentos. Como en la etiqueta señalaba hecho tal día y consúmase en un máximo de dos meses el alimento comenzó a echarse a perder ya que la dejaban en sus carros o cualquier lugar en donde se calentaba”, cuenta Vicente.

Se perdieron casi seis toneladas de comida en el mes de julio. Entonces el emprendedor decidió detener todo y reunirse con su equipo para encontrar una nueva solución al problema.


La revolución de los alimentos empaquetados

Vicente y su equipo se propusieron encontrar la mejor manera de manejar los alimentos y evitar su desperdicio. Encontraron que desde hace más de 100 años existe la esterilización de alimentos. “Todo el producto enlatado es esterilizado, pero usan conservadores que luego dan sabor a hierro a los alimentos y yo no quería eso”, recuerda.

Entonces decidieron ver la manera de llevar el proceso a empaques pouch. Con el apoyo de chefs, ingenieros y químicos en alimentos de México y Francia lograron desarrollar la fórmula para cocinar platillos típicos mexicanos, empaquetarlos y esterilizarlos.

El reto fue desarrollar productos que no existían hasta el momento, como el puré de papa o la pasta. “Ahí estaba la clave, si lográbamos desarrollar esos productos, podíamos lograr cualquier cosa. Todos nos decían que la pasta se iba a batir o el puré se va a oxidar”, recuerda.


Vicente explica, que es la esterilización de los alimentos lo que le da la larga vida del producto en el anaquel y lo que le permite no requerir de conservadores. “En una bolsa de pouch, que es un polímero, metemos todo el alimento, lo sellamos y terminamos de cocinar a una temperatura de 123 a 127 grados. Así matas cualquier bacteria. Entonces ya no necesitas el refrigerador, porque lo que descompone el alimento es la bacteria, al no existir y no dejar que el oxígeno vuelva a tocar el alimento, puede mantenerse en perfecto estado”.

¿Qué hay del sabor? “Cuando hierves o cocinas el alimento, el vapor puede llevarse los nutrientes o el sabor puede cambiar. Pero en nuestro producto pasa algo diferente: agarra mejor sabor, porque todo se vuelve a concentrar. Por ejemplo, el jugo de la carne, el sabor de los vegetales, las hierbas o especies se vuelven a concentrar en el producto”, detalla el emprendedor.


Gana por referidos

En noviembre del año pasado el producto ya estaba desarrollado. Los platillos se pusieron a prueba directa con el mercado y las recetas fueron mejorando. El resultado son 17 recetas que se acaban de lanzar oficialmente este mes de abril bajo la marca Iloveat.

La idea es continuar con las investigaciones para que a finales de mayo puedan comenzar a desarrollar las recetas de una línea saludable sin carbohidratos, azúcares o gluten.


Primero ayudamos, después generamos

Pero ¿de dónde surge la idea de ofrecer una oportunidad de negocio? Vicente asegura que siempre que hay una situación de emergencia procura apoyar. “Lo hicimos en el temblor, cuando abrimos un comedor industrial en el Deportivo Benito Juárez. Este no fue un problema temporal y busqué poner mi granito de arena. No se trata de darle de comer a una familia, sino crear una opción de generación de empleo con el uso de la tecnología”.

Así fue como con el apoyo de socios desarrolló una app que permitirá a la gente hacer referencias y por cada referido que compre el producto, podrá ganar una comisión del 10% de lo adquirido. Todo el proceso puede realizarse vía web. Iloveat proporcionará a las personas todo el material de venta para que den a conocer el producto a su red ya sea vía WhatsApp, correo electrónico o redes sociales. Y una empresa de logística hará llegar directamente los productos a los consumidores finales.

“Nuestra filosofía es primero ayudamos, después generamos. Nuestro compromiso es y será siempre con las personas, nos comprometemos a elaborar productos con la más alta calidad… Nuestro compromiso no solo es brindar un producto premium a las personas, sino también ayudarles a generar una opción alterna de negocio que permita llevar tranquilidad a sus familias, es por eso que desarrollamos varios esquemas de negocios que se adaptan a cualquier perfil de persona”, explica el empresario. Su objetivo es generar 10,000 fuentes de ingreso durante 2021.


El equipo lo es todo

Vicente reconoce que durante toda su vida como emprendedor la clave ha sido trabajar en equipo, del que asegura sentirse orgulloso. Los colaboradores principales en Iloveat son Yosahadarath Ramos, director de operaciones; Occiel Estrada, chef ejecutivo y jefe de producción; Carlos Guerrero, gerente de Desarrollo de sistemas de Información y Tecnología y Alberto Juárez director de Marketing.

Para Vicente lo más importante es “compartir el pastel”. Se refiere a que cuando encuentra un talento en sus empresas y mucho ánimo de mejorar, suma esos talentos como socios en diversos proyectos.

Iloveit cuenta con la fundación Por ti, por mi, por todos, a través de la que seguirá donando alimento a personas que más lo necesiten y no solo ayuda a personas. Ahora encabeza un proyecto para rescatar un elefante.


Llegar a Estados Unidos y Europa

En México Iloveat se creo para ayudar a las personas a encontrar una forma de subsistencia. Los paquetes van desde 119 pesos el kilo de frijoles charros, hasta 339 pesos el kilo de pastor negro.

Aunque la gente puede comprar directamente desde la página web de Iloveat, lo mejor será hacerlo a través de la red de tus conocidos para que ellos ganen una comisión, dice el emprendedor.

Además, dependiendo del desempeño de los distribuidores, la empresa podría darles producto a consignación e inclusive crédito para adquirir los productos.

Pero los planes no se quedan en México. Vicente dice que la siguiente meta es entrar al mercado estadounidense, donde los productos se comercializarían a través del retail.

Actualmente todos los productos de Iloveat se preparan en una bodega en Querétaro. La capacidad de producción es de 200 toneladas mensuales. “Tenemos pensado hacer inversiones en los próximos años para llegar a las 600 toneladas de producción mensual. La proyección es a tres años, cuando ya estemos en Estados Unidos y queremos también llegar a Europa”.

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