Colorida y sin igual: Oaxaca
Por: LUIS ROMO / FOTOS: ARCHIVO
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Oaxaca es una de esas ciudades que no necesita presentación. Declarada Patrimonio Mundial por la Unesco y afamada en el mundo entero, une a su grandiosa arquitectura y a su señorío uno de los perfiles culturales más diversos e interesantes de nuestro país. Para recorrerla y disfrutarla bastan sus monumentos, plazas y rincones.
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❈ Las iglesias
A primera vista, roba la atención su Catedral; ella es el modelo de los templos oaxaqueños: robusta y recubierta toda de cantera verde, lo que crea un perfil urbanístico único en el orbe. Hay que ver también otras iglesias de la ciudad: San Francisco, La Compañía, San Felipe Neri y la Basílica de la Soledad –otro prodigio barroco por derecho propio–.
❙ Mención aparte merece Santo Domingo, uno de los templos más admirados y sorprendentes del país, que tuvo un convento y fue cuartel general de los dominicos durante la evangelización. Este complejo funge como corazón cultural de la ciudad y símbolo de la grandeza espiritual de Oaxaca.
Los relieves de la fachada del templo y los decorados barrocos del interior atrapan las miradas por varias horas, ante su asombrosa manufactura.
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A un lado, en el exconvento, se encuentra el Museo de las Culturas de Oaxaca, que entre otros tesoros exhibe la joyería de oro que don Alfonso Caso descubrió en la Tumba 7 de Monte Albán en 1932.
❙ Ahí también está la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa, un espacio con reliquias bibliográficas admirables. En lo que fuera el huerto del convento aparece el Jardín Etnobotánico que ofrece un atisbo de la enorme cantidad de especies florísticas del estado con mayor biodiversidad de nuestro país.
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❈ Los museos
Además de sus invaluables templos e iglesias, esta Ciudad Patrimonio cuenta con varios museos cuyas colecciones son increíbles y merecen un vistazo. No pierdas de vista el Museo de la Filatelia (sin duda uno de los mejores recintos de estampillas en América Latina), el Museo de Arte Prehispánico Rufino Tamayo, el Museo de los Pintores Oaxaqueños, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, entre otros muchos espacios.
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❈ Las plazas
Las tardes en la capital oaxaqueña son únicas, de un encanto especial; por su parte, las plazas y los parques siempre invitan a ser recorridos. Al norte destacan el Paseo Juárez (mejor conocido como El Llano) y el Jardín Conzatti. También están la Plazuela Labastida y la Plaza de la Danza, espacios entrañables para descansar o el Jardín Sócrates para tomar una nieve de algún sabor exótico.
❙ Y finalmente las dos más renombradas que envuelven a la catedral: el Zócalo y, su gemela, la Alameda de León. Estos lugares son como un amplio menú de lo que se recomienda en la Verde Antequera.
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❈✤ꕥ Todos ellos resultan fascinantes por su belleza, su historia o el arte que contienen. No cabe duda de que Oaxaca es mucho más que la suma de sus partes.
❙ En especial, lo que se goza de esta ciudad es su atmósfera: su colorido pueblerino que convive armoniosamente con estas grandiosas expresiones del espíritu humano y crea una ciudad vivaz, intensa, creativa, hermosa y, al mismo tiempo, amable. Y parte esencial de esa atmósfera está en su comida y en su bebida, que son marca indeleble del alma de la localidad.
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❈ Cantinas
pa’ beber mezcal
Por el rumbo de los mercados en el Centro Histórico, sobre 20 de Noviembre y las calles aledañas, se encuentra La Casa del Mezcal (diario de 11 a 2 h.) cuyo mezcal homónimo es apreciado por los conocedores desde 1935.
❙ Igualmente afamada y aún más antigua es La Farola (diario de 14 a 2 h.), por las noches presenta música en vivo. Otro sitio destacado es La Cucaracha (diario de 19 a 4 h.) que combina pista de baile, comedor de antojitos y una activa barra de bebidas centrada en el mezcal.
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❈✤ꕥ No dejes de probar el mezcal de gusano y alacrán. De antaño también, pero vigentes y creciendo en número, son los expendios de mezcal, que venden la bebida embotellada y etiquetada.
❙ Suelen pertenecer a una sola de las principales marcas comerciales como Oro de Oaxaca, Benevá o Del Agave. Ahí encuentras variedades del mezcal de agave espadín: joven, reposado, añejo, con gusano, además de cremas y licores con frutas. Tienen la ventaja de que sus vendedores siempre están dispuestos a dar copitas de prueba.
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