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Temazcales con certificación

Por: ARTURO TORRES LANDA | FOTO: LIBÉLULA COLECTIVA EN TRÁNSITO Swipe

Continua en la historia

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Por sus implicaciones rituales y los beneficios que trae al cuerpo, el temazcal es una práctica que ha cobrado mayor popularidad. Sin embargo, no todos los sitios que ofrecen sesiones son respetuosos con su contenido ceremonial o incluso incurren en descuidos que pueden afectar la salud.

 Te presentamos algunos que no solo cubren los estándares de seguridad adecuados sino que también han puesto especial énfasis en la experiencia espiritual.

Antes de comenzar, no está de más que te proporcionemos algunos datos sobre los orígenes del temazcal, empezando su significado, el cual sigue siendo motivo de debate entre los expertos en lenguas indígenas.

Para algunos, temazcal proviene de la unión de vocablos náhuatl temaz, “sudor”, y calli, “casa”, lo cual daría como resultado “la casa donde se suda”, aunque también hay especialistas que opinan que quiere decir “la casa del vapor” o “casa de la piedra caliente”.

Cualquiera que sea su etimología, queda clara la finalidad de este espacio creado por las culturas prehispánicas de nuestro país, las cuales solían edificarlos cerca de las canchas de juego de pelota.

Los de la antigüedad solían ser muy grandes y estar construidos con técnicas y materiales similares a los empleados en templos y palacios.

El hallado en Xochicalco, Morelos, por ejemplo, era rectangular y tenía capacidad para 40 personas en su interior, con lo cual se puede intuir la importantísima función social y religiosa que tenía para sus habitantes.


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Rumbo al sur

Es justamente en Morelos, en Cuernavaca, donde se ubica una de nuestras primeras recomendaciones, el Centro de Sanación Mayahuelcalli. Su historia se remonta a los años
90, cuando el matrimonio de Roberto Gómez y Sofía Flores decidieron construir un temazcal para curar las dolencias musculares de Roberto.

Con el paso del tiempo, el baño comenzó a atraer a más gente y así nació Mayahuelcalli,“La casa de Mayahuel” en náhuatl.

Pronunciando el nombre de la diosa náhuatl del pulque y la fertilidad, al compás de los tambores, es precisamente como Sofía y Roberto encienden y preparan el temazcal, recubierto con adobe para mantenerlas cualidades térmicas.

Dentro, los participantes se encuentran consigo mismo en completa oscuridad, desnudos; durante el transcurso del baño regresan al vientre de la Tierra para emerger de él liberados de las dudas y problemas que el calor, el humo y los cantos ayudan a expulsar del cuerpo.

Además de estas ceremonias, también se realizan encuentros de saberes tradicionales e imparten talleres de elaboración de productos con plantas medicinales, entre otros cursos. Aquí también podrás optar por tratamientos como sobadas y masajes, completando el círculo de sanación mente-cuerpo-espíritu que se busca cerrar en Mayahuelcalli.

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Entre hierbas de olor

Durante los siglos del México prehispánico se acudía al temazcal para limpiarse el cuerpo, curar enfermedades y como tratamiento post parto, uso que aún tiene en muchos poblados del centro de México.

Así, estuvo siempre asociado al interior de la Madre Tierra, e incluso los nahuas tenían una divinidad dedicada a ellos, Toci, abuelita de los dioses que también era patrona de yerberos, parteras, hilanderas y médicos: el temazcal era la concreción de la maternidad y la feminidad curativa hecha con piedra y vapor.

En el estado en el que más se veneraba a Toci, Tlaxcala, se ubica nuestra siguiente recomendación. Al noroeste de la capital, en el municipio de Tetla de la Solidaridad, te encontrarás con el Centro Ecoturístico Tepeyololco, el cual cuenta con cabañas, áreas de acampado, instalaciones para masajes y acupuntura, así como talleres sobre ecología y medicina tradicional.

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Sin embargo, en lo que se ha especializado Tepeyololco es en realizar sesiones de temazcal ritual dirigidos por una abuelita de acuerdo a la tradición.

Protegido por altos y frondosos árboles verás su baño de vapor, hecho con ladrillo pero carente de techo, pues este se confecciona con carrizos, flores y plantas aromáticas antes de la ceremonia.

Previo al baño, también se efectúa una ceremonia de agradecimiento y otra de petición de permiso a los Cuatro Rumbos del Universo, todo al son de cascabeles, tambores y caracoles, y entre nubes de copal e incienso.

Una vez dentro, se entonan cantos y se completan diferentes ciclos de entrada y salida de piedras calientes, a las que se les llama, de forma afectuosa, “abuelitas”.

Dones vegetales

La evocación de la mujer madura y sabia es constante en los trabajos de temazcal, incluso en tiempos contemporáneos. Para comprobar lo anterior, basta con desplazarse al sur de la Ciudad de México, a Xochimilco, donde entre canales de agua y terrazas de ahuejote (Salix bonplandiana) se encuentra el temazcal que Amalia Salas, quien con cariño y esmero ha instituido la casa de medicina tradicional Amalinalitzin.

Doña Amalia–como toda abuela amorosa– es experta en detectar aquellos ingredientes y alimentos que mejor ayuden al cuerpo yal paladar, con la cualidad de que ella ha puesto sus energías en preservar los usos alimenticios de los antiguos mexicanos.

Así, en el paquete de desayuno que se ofrece previo el temazcal no faltan las tortitas que doña Amalia prepara con las plantas que cultiva en su chinampa, como amaranto, quelites y legumbres, dependiendo de la temporada.


La ceremonia de encendido del fuego comienza dos horas antes de la inmersión al baño, luego se hace la presentación de los integrantes y se ingresan las piedras de trece en trece, de acuerdo a la cuenta tradicional.

Entre tanda y tanda de rocas calientes se coloca la medicina (una selección de hierbas aromáticas y curativas) y en agradecimiento se pone copal. Cada que entran las piedras se dedican a los Cuatro Rumbos para el beneficio de todos los que en ella concurren.

Toda la experiencia está enmarcada por ese amor materno que doña Amalia, al igual que todas las guías que acompañan los otros temazcales, transmite a sus invitados.

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